martes, 27 de abril de 2010

Dios quita mis dolores

¿Han tenido el deseo de inventar algo? esa inquietud que está en el ser humano, esa necesidad de sentirse útil... ¿que tal si inventamos la pastillita que pueda curar el dolor del corazón? ¡eso sería verdaderamente genial!

Para los dolores basta con una pastilla recetada por el médico, la abuela, la tía, el hermano, vecino o cualquier conocido para recobrar la tranquilidad... es tan fácil en nuestros días recuperarnos de los dolores del cuerpo. Hagámos memoria y vayamos al instante en que se enamoró de la niña más bonita de la colegio, la niña con la sonrisa más bonita de todas, la que nunca se equivocaba y todo lo que hacía estaba bien, lo único que faltaba es que se fijara en nosotros para poder al menos verla de frente y quizá si nos inspirábamos poder sonreírle.

¿Que tal, lo recordó? bien, se fijó como nunca nos atrevimos a decirle que nos gustaba o al menos darle la pista, quizá pudo ver como llegó otro tipo que siempre tenía el último celular salidito de la fábrica, los mejores zapatos y que siempre cargaba dinero hasta para invitar a los demás y éste tipo sí se atrevió... y ella dijo que sí. No es que las mujeres o los hombres más atractivos se vayan siempre con los de su clase o busquen los económicamente estables.

Pero, ¡sí buscan a los que se atreven!, y nosotros en la vida nos hemos enfrentado a dolores en la vida que pudimos haberlos evitado con tan solo tomar el valor y abrir nuestra boca. Pero dejamos que llegue el momento en que decimos: "si tan solo le hubiera dicho, si tan solo lo hubiera hecho". Piense ahora en la vida eterna y pregúntese: ¿estoy listo para recibir la salvación?, es la primer pregunta que deberíamos formularnos al amanecer, la biblia dice en Efesios 4.1: "Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados;"

Nuestro Señor Jesucristo nos invita a través de su palabra a caminar como es digno de los hijos de Dios, y sabe, esta invitación es para que podamos mantener el título de HIJOS DE DIOS. Los hijos de Dios se reconocen por obedecer su palabra y como nuestro Padre será él quien se encargue de todos nuestros dolores y todas nuestras angustias. La salvación está segura cuando caminamos conforme a la palabra, el dolor del corazón del hombre desaparece y es sustituido por alegría tal como nos dice la biblia en Salmos 30.11: "Has cambiado mi lamento en baile, desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría", (el salmista David testifica del poder de Dios para salvarnos de las angustias).

Confiemos en Dios y él nos librará de los dolores que nos provoca éste mundo y los dolores de la otra vida, porque el lago de fuego es el dolor más grande que toda persona que muere sin Dios está seguro a enfrentar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario