Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Esto es lo que la palabra de Dios nos dice en el evangelio según San Juan en el capítulo 15 y verso 5.
Esto se narra haciendo uso de la figura de una vid y sus pámpanos, prácticamente una planta cuyas ramas o frutos no pueden subsistir si no es estando pegadas a su tronco o a su rama respectivamente. Y es que el ser humano sin Dios nada puede hacer, aunque parezca que sí hacemos algo la verdad es que simplemente estamos existiendo pero no estamos laborando para obtener lo verdaderamente valioso como lo es la salvación. Aunque debe quedar claro que la salvación es un regalo inmerecido que Dios nos dá.
Pongámoslo con un ejemplo, todos alguna vez vimos o participamos en alguna actuación donde se hizo uso de los famosos títeres o algún tipo de marioneta. Si nos fijamos bien ninguno de esos objetos podía hacer algo diferente a lo que su encargado hacía, es decir, cada títere o marioneta hace exactamente como una persona tras el escenario se lo indicaba moviendo sus manos o haciendo uso de algún otro brazo extensivo.
El ser humano es exactamente igual desde el punto de vista de que somos dominados por alguien, toda nuestra voluntad es dominada por la carne, satanás y sus demonios o por el único que busca nuestro bien Jesucristo.
Cada acción que realicemos lleva impreso un sello que nos identifica como siervos del Dios altísimo o esclavos del pecado y en el peor de los casos como endemoniados. Un siervo de Dios hace lo bueno y sus acciones estarán ligadas en su mayoría a la voluntad de Dios, por su puesto que hay errores porque la naturaleza humana aún está viva pero a diferencia de un endemoniado o un no convertido es que éste último hace lo malo como algo natural y ha perdido casi a totalidad el deseo de hacer lo bueno.
Si usted cree que hacer lo malo no le provoca algún remordimiento y puede ser malo con cualquier persona debería de pensar su condición en cuanto a quién lo está dirigiendo en esta vida. Satanás dirige las almas directo al infierno pasando por muchos deleites y falsas alegrías, pero la biblia nos dice que esas personas van como bueyes al matadero. No ignore la palabra de Dios y comience a hacer la voluntad de Dios.
Reciba al Señor hoy mismo y permita que su vida sea administrada por el Gerente por exelencia, Jesucristo. Él nunca le llevaría a la banca rota, solo basta con que usted deposite sus problemas a él y usted estará asegurando un lugar en la Patria Celestial.
Esto se narra haciendo uso de la figura de una vid y sus pámpanos, prácticamente una planta cuyas ramas o frutos no pueden subsistir si no es estando pegadas a su tronco o a su rama respectivamente. Y es que el ser humano sin Dios nada puede hacer, aunque parezca que sí hacemos algo la verdad es que simplemente estamos existiendo pero no estamos laborando para obtener lo verdaderamente valioso como lo es la salvación. Aunque debe quedar claro que la salvación es un regalo inmerecido que Dios nos dá.
Pongámoslo con un ejemplo, todos alguna vez vimos o participamos en alguna actuación donde se hizo uso de los famosos títeres o algún tipo de marioneta. Si nos fijamos bien ninguno de esos objetos podía hacer algo diferente a lo que su encargado hacía, es decir, cada títere o marioneta hace exactamente como una persona tras el escenario se lo indicaba moviendo sus manos o haciendo uso de algún otro brazo extensivo.
El ser humano es exactamente igual desde el punto de vista de que somos dominados por alguien, toda nuestra voluntad es dominada por la carne, satanás y sus demonios o por el único que busca nuestro bien Jesucristo.
Cada acción que realicemos lleva impreso un sello que nos identifica como siervos del Dios altísimo o esclavos del pecado y en el peor de los casos como endemoniados. Un siervo de Dios hace lo bueno y sus acciones estarán ligadas en su mayoría a la voluntad de Dios, por su puesto que hay errores porque la naturaleza humana aún está viva pero a diferencia de un endemoniado o un no convertido es que éste último hace lo malo como algo natural y ha perdido casi a totalidad el deseo de hacer lo bueno.
Si usted cree que hacer lo malo no le provoca algún remordimiento y puede ser malo con cualquier persona debería de pensar su condición en cuanto a quién lo está dirigiendo en esta vida. Satanás dirige las almas directo al infierno pasando por muchos deleites y falsas alegrías, pero la biblia nos dice que esas personas van como bueyes al matadero. No ignore la palabra de Dios y comience a hacer la voluntad de Dios.
Reciba al Señor hoy mismo y permita que su vida sea administrada por el Gerente por exelencia, Jesucristo. Él nunca le llevaría a la banca rota, solo basta con que usted deposite sus problemas a él y usted estará asegurando un lugar en la Patria Celestial.