En algunos periódicos locales en El Salvador y quizá en otros muchos países aperecía un espacio donde había la imagen de dos niños, en casos solo la niña o solo el varón donde decía como título "Amor es..." seguido de frases que describen a un enamorado o sus acciones para con los demás cuando se cuenta con la dicha de poseer el amor. Por ejemplo aparecen frases como: Amor es... "lo que hace cada día especial", "esa chispa de electricidad entre dos personas", etc.
Y cuando hablamos de temer a Dios podemos decir que, Temer a Dios es... "amarlo sinceramente y desear agradarlo en todo tiempo". Porque temer a Dios no es tener miedo de un castigo futuro como pago de nuestras malas acciones, temerle es hacer su voluntad porque estamos "ciegamente" enamorados de Él aunque no es un amor ciego, porque con Dios las cosas siempre están bien claras.
La biblia nos dice cuáles son las cosas que Dios aborrece, en Proverbios 6.16-19 dice lo siguiente:
6:16 Hay seis cosas que detesta el Señor, y hasta siete que le causan horror:
6:17 la mirada despreciativa, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente,
6:18 el corazón que medita intenciones culpables, los pies que corren impacientes a hacer el mal,
6:19 el testigo falso que habla para mentir y el hombre que provoca la discordia entre hermanos.
¿Entonces que debemos hacer nosotros como enamorados de Dios? No practicar estas cosas porque le son desagradables. Por un momento pensemos en que tenemos novia(o) o esposa(o), ¿acaso no haríamos todo lo posible por agradarla(o)?
Cuando tomemos la seriedad y logremos ponernos en el lugar de enamorados de Dios, y que por cierto Dios está en todo lugar contrario a nuestra pareja que podemos engañarla y hacer cosas a escondidas suyas. Dios nos observa en todo tiempo y en nuestro corazón debe estar la disposición de hacer todo para agradarle.
¡Hay que ser fieles en todo! incluyendo: orar en todo tiempo(porque ¿qué enamorado no quiere platicar con su pareja?), no hacer maldad, dar nuestros diezmos con fidelidad, no defraudarlo con nuestra boca hablando cosas indecorosas, y otras cosas que deberán nacer en nuestro corazón cuando de verdad nos enamoremos de Él.
Temer a Dios es dar el primer paso para adquirir sabiduría.
Amar a Dios no es asistir al templo ocasionalmente, amarlo es necesitar estar ahí y hacer todo lo posible para escuchar su palabra. Es dejar de hacer las cosas que nos hace felices, porque descubrimos lo que es el gozo.
Y cuando hablamos de temer a Dios podemos decir que, Temer a Dios es... "amarlo sinceramente y desear agradarlo en todo tiempo". Porque temer a Dios no es tener miedo de un castigo futuro como pago de nuestras malas acciones, temerle es hacer su voluntad porque estamos "ciegamente" enamorados de Él aunque no es un amor ciego, porque con Dios las cosas siempre están bien claras.
La biblia nos dice cuáles son las cosas que Dios aborrece, en Proverbios 6.16-19 dice lo siguiente:
6:16 Hay seis cosas que detesta el Señor, y hasta siete que le causan horror:
6:17 la mirada despreciativa, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente,
6:18 el corazón que medita intenciones culpables, los pies que corren impacientes a hacer el mal,
6:19 el testigo falso que habla para mentir y el hombre que provoca la discordia entre hermanos.
¿Entonces que debemos hacer nosotros como enamorados de Dios? No practicar estas cosas porque le son desagradables. Por un momento pensemos en que tenemos novia(o) o esposa(o), ¿acaso no haríamos todo lo posible por agradarla(o)?
Cuando tomemos la seriedad y logremos ponernos en el lugar de enamorados de Dios, y que por cierto Dios está en todo lugar contrario a nuestra pareja que podemos engañarla y hacer cosas a escondidas suyas. Dios nos observa en todo tiempo y en nuestro corazón debe estar la disposición de hacer todo para agradarle.
¡Hay que ser fieles en todo! incluyendo: orar en todo tiempo(porque ¿qué enamorado no quiere platicar con su pareja?), no hacer maldad, dar nuestros diezmos con fidelidad, no defraudarlo con nuestra boca hablando cosas indecorosas, y otras cosas que deberán nacer en nuestro corazón cuando de verdad nos enamoremos de Él.
Temer a Dios es dar el primer paso para adquirir sabiduría.
Amar a Dios no es asistir al templo ocasionalmente, amarlo es necesitar estar ahí y hacer todo lo posible para escuchar su palabra. Es dejar de hacer las cosas que nos hace felices, porque descubrimos lo que es el gozo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario